Esta mañana salimos temprano rumbo a Rio, hemos tardado casi seis horas en llegar. La carretera preciosa, por la selva y la montaña. Al entrar a Río una decepción para Julia que tenía muchas ganas de verlo, era deprimente, todo chabolas, viejas casas, mucho tráfico… Después de pagar el último peaje y pasar un túnel, un cambio brutal. Rio de Janeiro es una ciudad pensada por y para el turismo. Grandes avenidas, mucha vegetación y unas playas de arena blanca que quitan el hipo y los Cariocas, gente amable que te dan la bienvenida a su cuidad. El hotel está en una zona residencia en la playa de Pepe (se llama así), muy cerca del Pan de AÇucar, salimos a dar un paseo por la playa y Plácido no se ha resistido a darse un baño, después de comer un paseo y a descansar un poco, esta noche iremos al Hard Rock Café de Río. Mañana nos espera un tour por toda la ciudad de unas seis o siete horas donde veremos el Corcovado o Cristo Redentor, las playas de Ipanema, Copacabana, Flamingo y todo lo visitable en la ciudad, en un coche con guía para los cuatro. Ya os contaré más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario