USA 2008

El año 2008 se celebró el 105 aniversario de Harley-Davidson. La celebración principal, como no podía ser de otra manera fué en Milwaukee USA. Se utilizó este evento para inaugurar el museo Harley- davidson en esta ciudad, nosotros no quisimos perder esta histórica ocasión y aprovechamos para hacer un poco de turismo por el país. Tengo que reconocer que tras este viaje cambié mi visión de los norteamericanos, fueron amables, educados y nos hicieron sentir como uno más en su país, gracias por ello. Prometemos volver en breve.

Nuestro viaje comenzó de la peor forma posible, la víspera de nuestra salida un desgraciado accidente aéreo de la compañía española Spanair, dejaba muchas familias rotas en Gran Canaria y en nuestro vuelo a Madrid viajaron muchos familiares que tenían la triste tarea de identificar a sus seres queridos, fallecidos en ese fatal vuelo.

Nuestro enlace con Nueva York estaba completo y no pudimos entrar en la lista de espera hasta el día siguiente por la tarde, nos quedamos con lo puesto en el aeropuerto. Al fin al tercer intento pudimos volar, nuestra llegada al aeropuerto internacional JFK en Nueva York nos puso en la realidad de las complicaciones para entrar en USA. Una interminable cola para pasar el control de pasaportes en la que se unieron varios vuelos, nos entretuvo por espacio de mas de una hora, cuando por fin llegamos hasta el policía encargado de facilitarnos el papelito verde que nos permite estar en el país durante 90 días, surgió un pequeño imprevisto, mi visado sin problemas, el de Javier…, el policía se levantó, era como en las películas, alto y fuerte, en un correcto inglés americano que no entendimos, le invitó a seguirlo a otra sala donde le interrogarían sobre sus intenciones en su estancia en el país. Entretanto nuestras maletas estaban apiladas junto con otras cien por lo menos, en medio de la sala de recogida de equipajes con las asas rotas. Otro amable policía, que hablaba español me ayudó con nuestras maletas y me permitió el acceso a la sala donde estaba Javier, a todo esto yo no sabía si lo deportaban o le permitían la entrada. Finalmente todo fue un malentendido dado su segundo apellido, al parecer muy común entre los narcos¿?. Le visaron la entrada y se mostraron gratamente sorprendidos de que nuestra estancia en su país fuera con motivo de la celebración del 105 aniversario de Harley-Davidson.

A todo esto la hora se acercaba a las 22:00 y todavía teníamos que recoger el coche que habíamos alquilado desde España. Encontrarlo fue otra odisea, a los que conocen ese aeropuerto no les sorprenderá, a los nuevos como nosotros les costará dar unas cuantas vueltas y hacer varias preguntas hasta localizar en una de las nueve terminales del macro aeropuerto, la central de Avis. Por los pelos pero recogimos nuestro coche y a punto estuvimos de que nos cancelaran la reserva. La señora que nos atendió, también muy amable y en español nos indicó que nuestro vehículo estaría esperando a la salida de la oficina, hay que decir que cuando entramos en ella nos recibió una enorme alfombra roja. El coche efectivamente estaba en la puerta con todas las puertas abiertas, incluido el maletero, las llaves puestas y nadie cerca para preguntar si era nuestro coche. Por la matrícula puesta en el contrato de alquiler, supimos que efectivamente era el nuestro, una vez cargado, al sentarnos inmediatamente nos dimos cuenta que teníamos un pequeño problema, el coche era automático, con cambio secuencial, un Subaru Impreza nuevecito, precioso, pero… nosotros no habíamos tenido nunca un coche automático y tuvimos que hacer un curso autodidacta acelerado para poder salir del aeropuerto. Antes de salir de la oficina de Avis, viendo la hora, preguntamos por alojamiento cerca con el fin de descansar y salir por la mañana temprano a nuestro destino, la señora que nos atendió nos facilitó una lista con varios hoteles “cercanos” y un pequeño mapa para orientarnos, entre el curso de conducción, el cansancio, la hora (muy tarde) el lio de carreteras entre terminales etc., etc.,… cuando nos dimos cuenta estábamos rumbo al "centro" de Nueva York sin plano y sin idea de donde estábamos.

Parece que nada podía salir peor..., ja, ja, de pronto, yo que soy la GPS oficial y la que va leyendo las indicaciones de la carretera veo con horror que Javier intentando ir a algún sitio, toma un desvío hacia el Bronx, si habéis leído bien, imaginaros a dos pardillos blancos, en un coche blanco a las 23:00 horas en el Bronx. Mi instinto de supervivencia, alimentado por un terror irracional, supongo que mediatizado por las películas que nos exportan, me hizo gritar desesperadamente, da la vuelta, da la vuelta, Javier que no se inmuta por nada decía, pero donde doy la vuelta, esto no tiene señales de por donde salir, ya nos llevará a algún sitio, yo seguía aterrorizada, no veía señalizaciones por ningún sitio y lo que es peor no tenía ni idea de donde podíamos llegar. Por fin un poco de luz, dimos la vuelta, parecía que el Bronx quedaba atrás y entrabamos en otro barrio, si otro barrio, Chinatown a media noche, por poco me bajo del coche en marcha, pero adónde iba a ir en el estado de nervios que tenía, de pronto vimos un edificio con un cartel que nos iluminó la cara, era un hotel, pero no un hotel cualquiera, era un Sheraton, rápidamente le indiqué a Javier que se dirigiera hasta el, allí estaríamos seguros. Efectivamente llegamos en pocos minutos y resultó ser el Sheraton La Guardia. Recién llegados a Nueva York, sin planos y sin GPS habíamos conseguido llegar de un aeropuerto, JFK en digamos el sur, hasta otro aeropuerto La guardia en digamos el norte. Afortunadamente también hablaban español y nos quedamos a pasar la noche.

Pensáis que nuestras desventuras terminaban, pues no, aún quedaba cenar. Mientras me daba una buena ducha para relajarme, Javier bajó a la recepción a preguntar donde podríamos cenar a esas horas, eso no es un problema en una ciudad como Nueva York, te traen a la habitación del hotel lo que pidas a la hora que pidas, como lo único que queríamos era descansar en una buena cama de una vez, Javier optó por lo más socorrido, pedir una pizza, ...a su espalda escucho una voz femenina que le espetaba, pizza en Chinatown, no, en Chinatown comida china. Esa noche cenamos arroz chino con camarones.
Por la mañana todo era de otro color, vimos un barrio bullicioso con mucha gente en la calle y sin ninguna sensación de peligro y descubrimos los famosos vasos inmensos de café del Starbucks, que los neoyorquinos llevan siempre en las manos, no está mal ¿?, pero yo prefiero el expreso. Después de desayunar compramos un buen mapa y alguna otra cosa y nos despedimos del hotel, nuestra primera noche en USA solo nos había costado 325 dólares, cena aparte. Como siguiéramos así, el presupuesto se nos vendría abajo en un par de días.

Salimos de la ciudad gracias a las indicaciones que nos dio en el hotel un cubano muy simpático, que según nos contó, llevaba allí muchos años. Seguimos el Georges Washington Bridge rumbo a la interestatal 80 y directos a Chicago, hay que destacar que pensaron que estábamos locos por ir “manejando” hasta Chicago, cuando lo habitual es utilizar un vuelo, pero eso no va con nuestros planes.

Entre las muchas cosas que vimos se encuentra el Museo Harley-Davidson, os dejo una presentación con algunas fotos para que lo disfruteis.




Cuaderno de bitácora

Han pasado siete días desde que nuestro Freewheeler casi se quema, siete días de incertidumbre y de llamadas al seguro, seis de ellos en Ate...